sábado, 31 de julio de 2010

Para que conozcan mejor quién les escribe a través de estos blogs.

Mi despertar comenzó en el año 1985. En ese año comenzaron las tribulaciones con ataques demoníacos. Yo un ser común y corriente recibí el verdadero despertar comenzando en esa forma. Fue una lucha de desasosiego. Pensé que no tenía fin. Esa lucha fue constante por ocho meses. Busqué ayuda en las religiones, pero mi martirio continuó. Cada día y cada instante se me hacía más difícil luchar contra los demonios invisibles de este planeta Tierra. Ocho meses después guiando hacia la zona oeste, fui atacada por seres invisibles demoniacos, y en esa desesperación me agarré del guía del vehículo mirando hacia el espacio y saqué un quejido diciendo: Dios mío te necesito. Quejido que salía de lo profundo de mi alma que yo misma desconocía. Luego percibí la presencia de una energía positiva, y segundos después comenzó una pelea invisible dentro del automóvil. De ahí en adelante cesó ese tormento y desesperación que viví esos ocho meses. Entonces comenzó mi despertar hacia la Luz.

Cuando comencé a recibir esa Gracia divina, luego de una preparación interna en el espíritu en el plano cósmico, tuve pruebas tan fuertes que muchas de ellas me agotaban de vez en cuando, pero la fe en la Gracia que recibí me fortalecía y cada día me recogía más con la Divinidad. Cada día iba recogiendo mi verdadera herencia. La herencia que todos llevamos escondida en el alma. Después de toda esa bella limpieza y preparación interna cósmicamente, recibí el sello que recibimos los hijos verdaderos de la Luz del mundo. Recuperamos la sabiduría, herencia del espíritu. Aquella que por herencia recibimos por Jesucristo.

Para que puedan comprender mejor mi espíritu, les hablaré en otra forma. Una vez que fui limpia internamente practicando la verdadera obediencia hacia el Creador, comencé aprender telepáticamente los mensajes del cosmos. Aprendí fuera del cuerpo físico. Los traía en mi conciencia y los escribía. A través de la conciencia aprendí a conocer las leyes que pertenecen al origen del espíritu. Son leyes aún desconocidas en los habitantes del mundo. Este es el siglo para conocer los tesoros celestiales que guarda el espíritu de cada ser humano. Tesoros aún desconocidos en el mundo terrenal.

Sobre la obediencia de la que hablaré más adelante, no es aprendida en suelo terrenal por hombres que dicen conocer las sagradas escrituras. Es un conocimiento de obediencia que se somete el espíritu cósmicamente a fin de llegar al mandamiento principal que es para ser "perfectos''. Una vez llegado a un estado de conciencia perfecta, entonces comunicas con el consolador que nos ofreció el gran maestro, nuestro Señor Jesucristo.

Yo viví a través de mis existencias la luz espiritual, y triunfé en ella. Hoy en esta existencia le estoy dando seguimiento a esa luz que me ha llevado hasta esa Luz celestial. Yo sé de dónde vengo y sé hacia dónde voy. También les digo que mi misión no es común y corriente, pues somos muy pocos con ella. Ese camino aún sigue siendo estrecho para muchos. El camino ancho es para los sordos, y el camino estrecho es para los que oyen, muy bien lo dejó dicho el Señor Dios de las Alturas.

Los que tienen luz espiritual y están en el camino de las buenas obras, entonces recibirán más, ¿Más de qué? Hermanos míos, más Luz. Recuperarán todo aquella Luz que dejamos atrás, y que hemos venido luchando por salir de las tinieblas en el espíritu, y que es en el único lugar donde se encuentran las tinieblas. El Señor quiere que busquen la espiritualidad dentro de ustedes mismos, porque es al espíritu que pertenece. Luchen por recuperar el brillo del espíritu, entonces los iluminará Cristo. Vuelvo y repito, cuando el espíritu brilla toda el alma se ilumina.

Amén.


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