Busquemos para ver si es verdad que tenemos que ser perfectos. San Mateo 5 ver. 48. Dice: Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre. San Mateo 19 ver. 21. Dijo Jesús: Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes, darlo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos. Hebreos 13 vers. 20 y 21. Dice: El Dios de la paz que sacó de entre los muertos, por la sangre de la alianza eterna, al gran pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo os haga perfectos en todo bien para hacer su voluntad. Epístola a los colosenses I ver. 28. Dice así: A quien anunciamos, amonestando a todos los hombres e incluyéndolos en toda sabidiría a fin de presentarlos a todos perfectos en Cristo.
Hermanos, no es que aprendamos a ser buenos, sino que seamos perfectos en Cristo. Ahora yo les pregunto. ¿Han enseñado las doctrinas terrenales que tenemos que ser perfectos para entrar al reino celestial? Siempre he oído decir que es imposible ser perfecto. ¿Acaso eso no es una desobediencia? Pues, es necesario que comiencen a ser perfectos para que puedan entrar al reino de los cielos. Hay hermanos míos, un propósito de mucha importancia obedecer ese mandamiento celestial donde el Señor de las Alturas pide que seamos perfectos. No os asustéis, muchas cosas llegarán de alla arriba de los cielos.
Tendrán que aceptar la predicación que llega desde el espacio cósmico. Ya es un mandato para aquellos que están buscando la preparación para el retorno a nuestro verdadero hogar, al reino cósmico. La "gracia de la predicación" solamente se recibe de ese divino lugar, el cosmos. Las predicaciones son para la sanación del alma, y si no hay en esas predicaciones ningún medio para la sanación del alma, entonces no hay tal "gracia" en la predicación. En otras palabras, no son predicaciones recibidas de los cielos. Como lo he dicho anteriormente, la verdadera predicación llega del cielo, o sea, del plano cósmico. Si estoy diciendo que la verdadera predicación llega únicamente de los cielos, o sea, del cosmos, pues, lo demuestro en Gálata 1 ver. 11.
Les diré también que es necesario que se reconozcan como espíritus desencarnados para que conozcan el origen espiritual en cada uno en ustedes. La humanidad todavía no conoce el lenguaje de Jesucristo por eso no pueden conocer la verdadera espiritualidad. Ese libro de conocimientos celestiales bajó de los cielos, y volvió a subir con la cruz a los cielos. Reconociendo que el simbolo de la cruz significa, Jesucristo, único maestro. (Comprobación que Jesús es el único maestro en San Mateo 23 ver. 8).
Hay siete (7) entradas para poder entrar al reino. Cada una de esas entradas tiene su tarea y su evolución. La educación es para educar la conciencia y recibir al maestro en el espíritu a través de la conciencia. La concienciqa es la que aprende a recibir y guarda en la subconciencia, para luego cuando se le sea permitido, manifestarse. Todo comienza con un proceso de limpieza espiritual en el cosmos. Cuando el espíritu dice presente a ese llamado, comienza la limpieza del alma, y una vez logrado su propósito, entonces comienza a trabajar la conciencia. La conciencia es el principal factor del espíritu. La conciencia una vez perfecta entonces dirige al espíritu a manifestarse, y por eso todo se dice con la conciencia, y ya no tiene que utilizar la mente para escuchar, sino que escucha con la conciencia. Nuestra mente ya no puede ser manipulada por nadie, pues, ya conocemos cómo trabaja la mente. La mente puede ser manipulada por otros y caer en confusión, pero la conciencia ya está educada en reconocer entre el bien y el mal.
Observen bien lo que voy a decir en cuestión a las religiones y sectas que tienen diferentes doctrinas. Por ellos no ser llmados a predicar la verdadera sanación, unos a otros discuten sus interpretaciones de lo que está dejado escrito en las lecturas y sacan de ahí lo que ellos interpretan sin saber si están correctas. Un ser imperfecto no puede enseñar verdad alguna. Y cuando la conciencia y el alma no están conectadas la una con la otra, entonces está entre el mal y el bien. Quiero decir, no puede el ser imperfecto definir lo que está bien y lo que está mal. Por eso no es sufuciente ser bueno, sino que es necesario ser perfecto para poder entrar completamente en el bien. Recordar que la mente se instruye diariamente, o sea, solamente se utiliza para los conocimientos terrenales, pero no para conocimientos celestiales. Los conocimientos celestiales están en el cielo y por lo tanto se recibe del cielo.
¿EL ser humano puede recibir del cielo? No, no puede recibir del cielo. La humanidad se preguntará entonces, ¿cómo se puede recibir de los cielos? Como les he estado diciendo anteriormente, que el espíritu una vez preparado con su conciencia perfecta, puede comenzar a recibir del cielo. Pero, para eso necesita la preparación cósmica. Una vez que aprende a conocer su mundo interno, o sea, su mundo espiritual, su mundo cósmico, entonces puede decir *soy discípula del Señor de los cielos*. Es la etapa más grande que puede llegar un ser humano, porque deja ya de ser un ser humano, y se convierte en un ser completamente espiritual, y puede también decir, estoy en el mundo, pero no soy ya del mundo.
Les amo como siempre,
teresa.
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