domingo, 9 de enero de 2011

Dos cortos mensajes

Reconocer el sentimiento de un ser

No podemos pensar que a través del carácter, comportamientos, reacciones, sea la manera de conocer los sentimientos de un ser. El carácter es una conducta física que reacciona según la condición de ese momento. Por eso no se puede juzgar quién es quien. La conducta de un ser depende de muchas cosas, y solamente puede juzgar aquel que puede ver el alma en los seres una vez que ha sido preparado en la conciencia, cósmicamente. Los sentimientos de todos los seres están encerrados profundos en el alma, por lo tanto es muy difícil conocerlo físicamente.

Es necesario reconocer nuestro propio espíritu para después de una preparación podamos conocer las almas de los seres del plano terrenal. Ejemplo: Voy a explicar sobre lo que es un verdadero predicador. Un predicador tiene por necesidad saber brindar sanación, pero, si no sabe sanar su propio ser, es entonces imposible que pueda curar a los demás. Por eso nuestro Señor nos dice en diferentes formas que un guía ciego no puede guiar a otro ciego.

Anunciando el fin de los tiempos

Si Dios se encuentra en los cielos, pues, hay que buscarlo celestialmente y no terrenalmente, porque todo lo que representa tierra, muere, o sea, tiene su fin. Todo aquel que está con el Dios de las Alturas no puede estar con conocimientos terrenales, sino celestiales. Si todos somos creación espíritu, tenemos entonces que pensar con lo que es propiedad del espíritu. Las propiedades del espíritu están en el cielo y no en la tierra. Es necesario que dejen de continuar viviendo el calvario de la muerte cuando reconoces que eres eterno por el espíritu. Nuestro Señor muy bien nos sigue diciendo que aprendamos a conocer a quién se le está sirviendo, si al Dios de las Alturas o al dios animal terrenal demoniaco.

Si volvemos hacia atrás hablando sobre lo que muere, una de las cosas que nuestro Señor nos dice es, que si queremos comenzar aprender las enseñanzas de vida eterna, tenemos que dejar a un lado lo que conocemos como muerte o al menos identificar lo que muere.

Estos cortos mensajes son para inquietarlos, y para que piensen si es necesario escudriñarlos. Los envío con mucho cariño,

Teresa


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