Les voy a decir algo para que lo mantengan todo el tiempo en sus mentes. En el plano Tierra no se adquieren los conocimientos celestiales a través del hombre, sino a través del espíritu una vez que haya sido llamado de ese plano cósmico, y educado en esos colegios cósmicos.Comprendan que nuestro Señor nos dijo en aquel tiempo, que él es el único maestro. Él muy bien sabe que en este mundo no existen los conocimientos celestiales, pero no podía tampoco decirnos para aquellos tiempos que solamente se adquieren en el cosmos a través de la conciencia, porque la conciencia es pertenencia del espíritu. El espíritu es el que conoce el crecimiento que ha dado en sus existencias anteriores. Y en la única forma que podemos regresar al reino celestial es educando al espíritu. Aprendiendo a conocer su origen espiritual, y el único que conoce nuestro adelanto es nuestro único maestro, nuestro Señor Jesucristo.
El espíritu es el que tiene la responsabilidad de regresar al reino celestial limpio de sus impurezas. Oigan bien lo que les digo. Ningún ser en el planeta Tierra puede señalar las impurezas de los demás porque todos hemos sido pecadores ya sea en esta existencia como en las anteriores existencias. Ni los nombres de cultos, ni las sotanas, ninguna de ellas son para repartir bendiciones. Las bendiciones llegan de un sol maestro, Jesucristo. El toque que da el Espíritu Santo es el que unge al espíritu, y entonces el espíritu recapacita y reconoce que el tiempo le llegó para servirle a nuestro Señor de las Alturas. ¿Que hicimos para aquel tiempo? Lo pusimos en una cruz, y todavía lo siguen celebrando todos los años. Muchos todavía lo tienen grabado en sus subconciencias. Esa es una deuda que todos llevamos y tiene que ser cumplida. Nuestro Señor llegó para aquel tiempo para salvarnos de los pensamientos humanos, pero aún se siguió viviendo con los falsos conocimientos humanos. Y por eso sigo repitiendo que es necesario el despertar de la conciencia, para aceptar que le han estado llevando los conocimientos a través de pensamientos humanos y no del espíritu. El planeta ya está dirigiéndose a ese rumbo de cambios para este mundo y que será para aquellos que escuchen su llamado.
Que el Señor de los cielos los bendiga a todos sin importar razas, ni credos. Amén.
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