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Reciban a nuestro Señor Jesucristo tal como él quiere que lo recibamos.
Los seres terrenales no pueden opinar en las cosas que pertenecen al espíritu, porque desconocen esa verdadera vida espiritual, entonces son conciencias dormidas. La mayoría de los seres terrenales por eso no se reconocen como lo que son, espíritus encarnados. La mayoría permanecen inconcientes al desconocer lo que verdaderamente tiene validez. Si aceptaran que nosotros hemos sido los ángeles caídos, y que fuimos arrojados a este mundo por nuestra desobediencia con el príncipe de este mundo, y aceptaran oír lo que nosotros los llamados hemos recibido, y al menos con un poco de madurez, podrían entonces comprender un poco mejor los verdaderos conocimientos celestiales que el Señor Dios de las Alturas está enviando. Nosotros los llamados del cosmos predicamos todas las cosas que son celestiales y no terrenales. Las cosas del Dios de las Alturas no se encuentran en suelo terrenal, por eso siempre digo que miren hacia arriba y encontrarán.
Como lo he estado anunciando anteriormente. Para que el espíritu pueda llegar a su perfección tiene que recibir su limpieza astral. Y esa limpieza no la puede recibir a través de un ser imperfecto porque ése no conoce ni recibe de allá en el cosmos. Por eso es que son muy pocos los que pueden lograr ese cambio de conciencia, y sin ese cambio de conciencia no pueden recibir a ese único gran maestro, a nuestro Señor Jesucristo. Como lo he estado explicando anteriormente, que en el planeta Tierra no se adquiere los conocimientos celestiales a través del hombre, sino a través del espíritu. Recordar que se educa la conciencia celestialmente. Es la que puede elevar su conciencia y no el hombre en su materia. Recordar que la conciencia pertenece al espíritu. Que en la única forma que podemos regresar al reino celestial es educando al espíritu cósmicamente, para poder ir conociendo su origen espiritual. Si no pueden salir de ese aturdimiento que han llevado por siglos y siglos en tinieblas, entonces tendrán que esperar otro tiempo más en otro lugar que so sea el planeta Tierra, porque éste va hacia el rumbo prometido de paz y unión entre todos. Este estado de perfección en este planeta será para todos aquellos que hayan triunfado en ese llamamiento que el Creador nos ha hecho a todos. Y que se haya logrado el amor sin ningún tipo de credo, y sin ninguna entrada para el mal.
Que el Señor de las Alturas os bendiga a todos. Amén.
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