Oigan lo que anuncio utilizando la propia biblia sobre la sabiduría terrenal animal demoníaca, la que se ha manifestado por siglos y siglos. Voy a desmentir aquellos burladores que se han creído ser más poderosos que el Espíritu Santo. Ahora digo como dice mi único maestro. El que tenga oídos que oiga lo que está escrito en la propia biblia. Comencemos capítulo 3 de Santiago versículos 13 al 15. Dice así: ¿Quién de vosotros es sabio experimentado? Pues muestra con buena conducta sus obras con sabia mansedumbre (obediencia, humildad) Pero si tenéis en vuestra alma solamente celos amargos y rencillas, no gloriéis, ni mintáis contra la verdad; que no será sabiduría que desciende de arriba la vuestra, sino sabiduría terrena animal demoníaca.
Hermanos, ¿saben lo que quiere decir, sabiduría terrena animal demoníaca? Pues en estos versículos dice que no se puede ir contra la verdad, o sea, contra lo que se recibe de allá arriba, porque si lo niegan, o sea, mienten, entonces lo que los hombres terrenales predican sería sabiduría terrena animal demoníaca. En otras palabras, nuestro Señor de los cielos dice, que si los predicadores terrenales no aceptan lo que se recibe del espacio, la identifica como demoníacas. ¿Por qué demoníacas? Porque son doctrinas del espíritu del error, o sea, del anticristo. Nuestro Señor sabe que el anticristo no fue a ninguna parte y que siguió dominando al mundo. Por eso muy bien nos dijo nuestro Señor de los cielos, que nos cuidáramos porque íbamos a quedar huérfanos cuando él se fuera. Escrito está todo eso en la biblia. Hoy, los falsos predicadores terrenales predican por las cuatro esquinas diciendo que el anticristo es el que llega. !Oh hermanos míos! Que astuto quiere ser el anticristo. Él quiere que no acepten a Jesucristo el que llega, porque sabe que viene a destruir el trono que el anticristo ha teneido por siglos y siglos. Este es el mundo de tinieblas, sus habitantes.
Queridisimos, les pido que se quiten esas alas, y purifiquen el espíritu para que pueda el espíritu deslizarse por el universo, porque el espíritu no tiene necesidad de utilizar alas, sino lo que necesita es pureza. Dejemos las alas para los pajarillos.
Quie les ama. teresa